Sabeena, en su lecho de muerte, le dijo a su hija Saba que tuviera fe en Allah, quien haría lo mejor para ella. Después de la muerte de Sabeena, su esposo Ahmed decidió que Saba no iría más a la escuela, ya que creía que las niñas debían encargarse del hogar. A pesar de las súplicas de Saba de continuar su educación, Ahmed se mantuvo firme en su decisión. Con el tiempo, Saba se convirtió en una trabajadora incansable, realizando todas las tareas del hogar y cuidando de sus hermanos. A pesar de haber dejado la escuela, su deseo de aprender persistió. Aprovechaba cualquier oportunidad para estudiar por su cuenta, ayudando a sus hermanos con sus tareas a cambio de pequeñas recompensas. Rizwan, su vecino y amigo, también acudía a ella para pedir ayuda con sus estudios. Juntos, Saba y los niños del vecindario formaron un pequeño grupo de estudio, compartiendo conocimientos y aprendiendo unos de otros, a pesar de las dificultades que enfrentaban.

by Vatsala Joshi Pande in English Moral Stories

Writen by Vatsala Joshi Pande

Category Moral Stories